Primer fin de semana del 2025 con una jornada impoluta en cuanto a resultados. Tres victorias, ninguna derrota y un equipo sin competir, el Cadete Provincial, que jugará en otra fecha. A destacar la brillante temporada del Tercera División que se ha proclamado “campeón de invierno”, el reencuentro con los tres puntos tanto del Cadete como el Juvenil Autonómico y la encomiable capacidad del Juvenil División de Honor para dejarlo todo en la pista y nunca bajar los brazos. No pudo ganar el conjunto de Carlos Arriaza en Albolote, pero tampoco perdió y empató en uno de los escenarios más duros de su competición.

El Cadete Autonómico venía avanzando por el camino correcto, con el impulso del triunfo o el empate, y el 11 de enero se encontró con su primer traspié de la campaña en tierras gaditanas. Los chicos de Juan Luna y Paco Ramírez se han repuesto con entereza para continuar en la parte alta de la clasificación y se han pasado de una derrota 4-2, en la que le faltó acierto de cara a puerta, a un contundente 7-4 en Carranque frente al CD El Ejido FS. Por otro lado, al Juvenil Autonómico le estaba faltando decantar a su favor los compromisos ligueros y transformar su buen juego en puntos. En los últimos envites no había podido ganar, pero sí fue capaz de golear al Playas de Málaga en el Pabellón Guadaljaire (5-0).

El que sigue intratable es el Tercera División de Francisco Inza. En el cierre de la primera vuelta demostró su superioridad en la cancha del CD Vilches FS (0-4) y se proclamó “campeón de invierno” con 38 puntos, cuatro puntos de ventaja al Sporting de Almería y, además, cuenta con una distancia de seguridad de 13 con respecto a Victoria Kent que es el equipo situado justo por debajo de la zona del play-off de ascenso. Por último, el Juvenil DH se mostró muy competitivo y logró igualar un marcador adverso de 4-2 para llevarse un punto de la visita al CD Albolote Futsal (4-4). En este envite se produjo un gesto deportivo del cuadro anfitrión. Anotó un tanto con el portero rival en el suelo y se dejó marcar uno en su propia meta. Lo bonito del fútbol sala, en edad formativa, es aprender a jugar con valores y a no ganar por encima de todas las cosas.