José Antonio Borrego Gutiérrez (Málaga, 1975), más conocido en el mundo del futsal como Tete, colgó las botas como futbolista profesional al término de la presente liga regular. La competición, en la que el habilidoso ala había vivido una segunda juventud, no fue generosa con él, pues su último compromiso fue el que llevó al CD UMA Antequera a descender, tras caer derrotado en tierras gallegas ante Burela Pescados Rubén. 

A pesar del amargo final de temporada, Tete regaló a su afición numerosas alegrías y dejó muy claro que los años no mermaron su buen juego, sino que más bien mejoraron su visión de juego y capacidad de liderazgo.

Esta última etapa de su carrera comenzó el 18 de abril de 2015 con el ascenso a Primera del UMA Antequera. “Para mí fue algo comparable a la conquista de la Copa de España con Valencia Vijusa. Subir era una sueño que logramos delante de nuestra afición y familia y lo hice con 40 años, por lo que la satisfacción fue inmensa”, recuerda.

Para el capitán malagueño, la temporada en la máxima categoría tuvo un sabor agridulce. No se cumplió con el objetivo de la permanencia, pero la imagen dada por los suyos fue muy buena. “Nos sentimos orgullosos de la temporada. Hemos plantado cara y empatado a equipos repletos de estrellas como Barcelona Lassa y Movistar Inter, llegamos a la última jornada con opciones de mantener la categoría”, asegura. A nivel personal, ha sido de los más destacados del plantel antequerano. Con 23 goles en 29 partidos, Tete fue el líder del grupo en muchos aspectos: “Hubiese preferido ser el jugador que menos juega y sin marcar un solo gol a cambio de la permanencia”, reconoce.

Su primer equipo en la élite fue Valencia Vijusa, donde llegó con 24 años en 1999. Logró el ascenso a la máxima categoría en su primera campaña y, en 2002, alzó la Copa de España. “Fueron unos años inolvidables para mí. Gracias a Miki, que apostó por mí y me enseñó a ganar y a tener claro que ningún rival es superior a nosotros. Además, tuve la suerte de coincidir con una generación con ganas de comerse el mundo (Fede, Josete, Isco, Rafa, Josema, Fali….)”, relata. En esta etapa, Tete fue elegido MVP de la Copa, además de lograr un subcampeonato de liga y ser convocado con la selección.

Su siguiente club fue MRA Navarra, entre 2004 y 2006: “Allí pasé dos años maravillosos. Imanol Arregui tenía una ilusión y unas ganas de triunfar muy contagiosas. Viví dos temporadas de en sueño dónde fuimos semifinalistas de liga y copa. Pamplona me enamoró”, recuerda.

Entre 2006 y 2008 militó en Benicarló: “De nuevo coincidí con MIki y fueron dos grandes temporadas en las que también jugamos la semifinal de liga. Quedé impresionado con la pasión de su afición y cómo vivían el Fútbol Sala”.

Por último, Tete fichó por el UMA Antequera, equipo en el que se retira como jugador tras ocho temporadas con la camiseta malagueña. Moli fue el artífice de su incorporación: “Si no hubiera sido por nuestro entrenador, seguramente nunca hubiera jugado en el equipo de mi tierra. A pesar del descenso, han sido ocho temporadas inolvidables, sobre todo las dos últimas, con nuestro ascenso y todas las experiencias vividas por equipo y afición en la máxima categoría”, reconoce. Con esta camiseta, Tete conquistó un campeonato de 2º División, cinco campeonatos de España Universitarios y un campeonato de Europa Universitario.

“Somos una gran familia y tengo que agradecer a todos los jugadores y miembros del cuerpo técnico las experiencias vividas. Hemos enganchado a la gente en Antequera y Málaga de nuevo al Fútbol Sala”, asume orgulloso.

Ahora José Antonio Borrego cuelga las botas de futbolista, con el mérito de no haber sido sancionado nunca por el Comité arbitral, ya que en 23 campañas en la LNFS nunca vio la roja directa. Se retira como jugador, pero no se aleja del futsal: “El UMA Antequera y Moli me han propuesto ser segundo entrenador y ayudar en la captación de futuros jugadores. Estoy seguro de que estaré muy cerca de una pista de Fútbol Sala”.

Agradecimientos
“Después de tantos años sacrificando muchísimas cosas por el Fútbol Sala, quería dar las gracias a mis padres, por la educación que me han dado, por esos valores que me enseñaron, estoy seguro que parte de mi éxito se los debo a ellos y a mis hermanos. A mi mujer Lourdes, porque ella mejor que nadie sabe lo que es vivir enganchado a mi pasión que es el Fútbol Sala, ella ha disfrutado tanto como yo de mis éxitos y también ha sufrido conmigo en las derrotas”.

“También quería agradecer a Moly todo lo que ha hecho por mí. Para mí no es solo mi entrenador, es como un segundo padre. Nos conocemos desde casi 25 años y nunca podré agradecerle todo lo que me ha dado deportivamente y humanamente”.

“Para terminar dar las Gracias a todos esos compañeros/jugadores/amigos que me han hecho mejor persona y todos los entrenadores que me hicieron mejorar. Amigos para toda la vida: Crispi, Fali, Vadillo, Josete, Fede, Isco, Eseverri, Gascón, Charly, Jordi Gay, etc. Pido disculpas si me olvido de alguien”.

18/05/2016